miércoles, 22 de agosto de 2012

Sueños, voy a cerrar los ojos.



Voy a cerrar los ojos en voz baja voy a meterme a tientas en el sueño.

En este instante el odio no trabaja para la muerte que es su pobre dueño la voluntad suspende su latido y yo me siento lejos, tan pequeño que a Dios invoco, pero no le pido nada, con tal de compartir apenas este universo que hemos conseguido por las malas y a veces por las buenas.

¿Por qué el mundo soñado no es el mismo que este mundo de muerte a manos llenas?

Mi pesadilla es siempre el optimismo: me duermo débil, sueño que soy fuerte, pero el futuro aguarda. Es un abismo.
No me lo digan cuando despierte

Mario Benedetti

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